Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Murdoch, la Dra. Essie Rodgers y el Dr. Daniel Gómez Isaza, el ejercicio puede ayudar a los peces de cualquier especie a ganar peso a un ritmo acelerado, y por lo tanto, alcanzar tamaños comercializables más rápido. Esto permite que la producción sea más eficiente.
Nuestro sistema productivo lleva a los peces a realizar el ejercicio suficiente para generar este efecto. Inyectamos grandes cantidades de aire de forma orientada en diferentes puntos del estanque para de esta manera mover el agua, desgasificar, oxigenar, retirar las excretas, el alimento no consumido, la mortalidad y finalmente generar las corrientes que llevan a los peces a ejercitarse.
Este nado contra corriente, además de desarrollar la musculatura, genera confort en los animales. Estos sistemas nos permiten controlar la calidad del agua y tener animales con bienestar, bajo contenido de grasa y por tanto excelente textura y espesor de los filetes.